Por fin llegó la hora de OTRO vuelo más, el penúltimo, que fue rápido pero como siempre y no puede faltar, al inicio fue un poco movido pero no se puede hacer nada más. Al llegar a Bogotá nos vinieron a buscar en una gran camioneta para dirigirnos hacia Chía un lugar muy acogedor y tranquilo. Al llegar allí nos encontramos un poco desubicados, llegamos en medio de una fiesta brasileña, con hermanos de la comunidad, hermanas de otra comunidad y algún brasileño, luego nos asentamos en nuestras habitaciones y seguidamente, nos dirigimos hacia una misa...peculiar, dejémoslo ahí. La misa era en ¡¡¡PORTUGUÉS!!! nosotros seguíamos lo que podíamos en un proyector y bueno, fue una experiencia más. Al salir de la misa, fue...como decirlo...impactante, nos introdujimos en una fiesta brasileña de sacerdotes y hermanas de la comunidad donde, para no alargarme tanto...cada cual os explicará lo que pasó allí, bailamos mucho.
Al acabar, estuvimos hablando los españoles con los hermanos de la comunidad para integrarnos un poco en el grupo, echamos unos ping pong's y nos fuimos a dormir después de un día bastante movidito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario